18 June 2006

Uno, dos, tres
y al cuarto compás se rompe el encanto
repentinamente todo se vuelve
inalcanzable, irrepetible, inexplicable.

El péndulo como siempre, regresa
rompiendo a su paso todas las barreras
todos los obstáculos.

De las manos nunca se escapó una caricia
de su boca, un te quiero
sólo quedó en sus ojos una lágrima
en su nariz, su humor
y en sus oídos el sonido
de sus pasos al marcharse.

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